Como abogado de bancarrotas, me reuno con personas que están pasado por problemas de finanzas. Si su problema financiero ha existido por un período de time largo, probablemente sus deudas estén reportadas como “quitadas”. La mayoría de las personas puede que piensen que esto significa que el acreedor ya no está intentado coleccionar la deuda, pero desafortunadamente no es tan sencillo.
Cuando una cuenta de crédito no se paga, el acreedor tiene un número limitado de maneras de intentar coleccionar esta deuda. A menudo se empieza con las llamadas telefónicas y cartas demandando pago y puede que se llegue a amenazar con una demanda judicial o con embargo. Eso consume mucho el tiempo de la compañía de crédito y en un esfuerzo de reducir el coste del tiempo gastado en coleccionar las cuentas morosas, la compañía de crédito puede que borre la deuda. Esto no implica que la deuda desaparezca. Significa una de estas dos cosas.
Primero, puede que signifique que el acreedor reporte la pérdida por motivos de impuestos. El acreedor luego entra la cantidad de la deuda como ingreso de la persona que debe la deuda y esa persona tiene ahora una deuda fiscal en el ingreso entrado. En este caso, la deuda original se ha acabado y lo que permanece es una deuda fiscal.
Lo que pasa más a menudo, es que el acreedor original vende la deuda a un comprador de deudas. Un comprador de deudas es un compañía que compra deudas a las empresas de crédito por un porcentaje pequeño del valor de la deuda. La compañía de crédito lista la deuda como quitada pero el comprador de deudas ahora intentará coleccionar la deuda. La compañía que la ha comprado obtiene su beneficio coleccionando la cantidad total de la deuda aunque solo haya pagado una fracción por la deuda.
Osea que estas deudad quitadas generalmente vienen con ataduras y no necesariamente ponen un punto final a la colección de dicha deuda.